jueves, 18 de septiembre de 2014

brindis de una boda que no fue...



Jonathan Trager, prominente productor de televisión para ESPM, murió anoche de complicaciones al perder a su alma gemela, y a su prometida. Tenía 35 años, elocuente y obsesivo.

Trager nunca se comportó como un tonto romántico, pero en los últimos días de su vida, descubrió un lado oculto de su psique. Esa, segunda personalidad surgió durante la novelesca búsqueda de su muy añorada alma gemela. Una mujer con quién pasó solo unas preciosas horas, pero la infructífera búsqueda terminó la noche del sábado, en completo y absoluto fracaso.
Aún ante la derrota, el valiente Trager se aferró a la idea de que la vida no es solo una serie de accidentes aislados o coicidencias, no… Sino más bien un tapiz de eventos que culminan en un exquisito y sublime plan…

Cuando a Dean Kansky (su mejor amigo), ganador del premio pulitzer y editor ejecutivo del New York Times, le preguntaron sobre la pérdida de su amigo, describió a Jonathan como un hombre cambiado en sus últimos días. Las cosas le parecían claras, dijo Kansky, al final Jonathan conluyó que para vivir la vida en armonía con el universo debemos poseer una poderosa fe en lo que los antiguos solían llamar “Fatum”, que hoy conocemos como… “Destino”.





Dean Kansky
-Serendipity-

viernes, 12 de septiembre de 2014

La mujer y el pajaro

"Érase una vez un pájaro, adornado con un par de alas perfectas y plumas relucientes,coloridas y maravillosas. En fin, un animal hecho para volar libre e independiente, para alegrar a quien lo observase. Un día, una mujer lo vio y se

enamoró de él. Se quedó mirando su vuelo con la boca abierta de admiración, con el corazón latiéndole más deprisa, con los ojos brillantes de emoción. Lo invitó a volar con ella, y los dos viajaron porel cielo en completa armonía. Ella admiraba, veneraba, adoraba al pájaro.
Pero entonces pensó: «¡Tal vez quiera conocer algunas montañas distantes!». Y la mujertuvo miedo. Miedo de no volver a sentir nunca más aquello con otro pájaro. Y sintió envidia, envidia de la capacidad de volar del pájaro.
Y se sintió sola.
Y pensó: «Voy a poner una trampa. La próxima vez que el pájaro venga, no volverá a marcharse».
El pájaro, que también estaba enamorado, volvió al día siguiente, cayó en la trampa y fue encerrado en la jaula.
Todos los días ella miraba al pájaro. Allí estaba el objeto de su pasión, y se lo enseñaba a sus amigas, que comentaban: «Eres una persona que lo tiene todo». Sin embargo,empezó a producirse una extraña transformación: como tenía al pájaro, y ya no tenía que conquistarlo, fue perdiendo el interés. El pájaro, sin poder volar ni expresar el sentido de su vida, se fue consumiendo, perdiendo el brillo, se puso feo, y ella ya no le prestaba atención, excepto para alimentarlo y limpiar la jaula.
Un buen día, el pájaro murió. Ella se puso muy triste, y no dejaba de pensar en él. Pero no recordaba la jaula, recordaba sólo el día que lo había visto por primera vez, volando contento entre las nubes.
Si profundizase en sí misma, descubriría que aquello que la emocionaba tanto del pájaro
era su libertad, la energía de las alas en movimiento, no su cuerpo físico.
Sin el pájaro, su vida también perdió sentido, y la muerte vino a llamar a su puerta.
«¿Por qué has venido?», le preguntó a la muerte.
«Para que puedas volar de nuevo con él por el cielo -respondió la muerte-. Si lo hubieses dejado partir y volver siempre, lo admirarías y lo amarías todavía más; sinembargo, ahora necesitas de mí para poder encontrarlo de nuevo."


Del diario de María

Fragmento del Libro:
"Once Minutos"

Paulo Coehlo